Estos veteranos les comentaron a los chicos sobre lo sucedido en aquella guerra. También les explicaron que no estaban a favor de solucionar las cosas de esa manera.
A continuación fundamentaron lo dicho anteriormente y les dieron algunos consejos a los presentes. Por ejemplo: Que hicieran caso a sus padres cuando les ordenaban que se comieran todo su plato. Ellos en la guerra tenían que robar comida o revisar las bolsas de basura para ver si encontraban algo de alimento porque se morían de hambre. También explicaron que el estudio era muy importante para “avivarse”, porque a muchos de los adolescentes que llevaron a esta batalla los engañaron y les hicieron creer que iban a tener monumentos o ser héroes. Cosa que nunca pasó. Al regresar de la guerra encerraron a estos muchachos y los amenazaron con matar a varios integrantes de su familia si comentaban algo.
Ante estas amenazas y los traumas que habían sufrido ninguno se atrevió a hablar sobre lo sucedido.
Tiempo después algunos decidieron charlar con su gente y otros nunca volvieron a tocar el tema.
Al retirarse del colegio, la profesora, les preguntó a los alumnos que les había parecido. Estos contestaron que les había gustado mucho y estaban emocionados. Muchos opinaron que les hubiera gustado hacer preguntas un poco más profundas, pero no se animaron para no incomodar a los veteranos. Por ejemplo: ¿Cuántas personas mataron?, ¿Qué fue lo más traumático que viviste? Y algunas otras.
Los profesores y alumnos quedaron impresionados con las conclusiones y proyectos que pudieron construir con esta charla, además de los consejos que rescataron.
Periodista: Fiorella Sanfelippo Cancelli 4to año.
Editora: Lucía Lionti.
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