miércoles, 8 de septiembre de 2010

Viaje al ocaso

    Que oscuro que se ve ese rincón, solo esta la soledad y un recuerdo, ambos abrazados por la penumbra,  como la lava que una vez ardió con toda su furia para luego dejar su rastro helado y destructivo. Descubro con profundidad mis errores aunque no sé por cuanto más. Veo muchas personas que hace tiempo no cruzaba palabras. Creo que en mi infancia lidie con ellos, también escucho una leve melodía sinfónica de fondo, me traen a mi mente acordes menores pero con voces conocidas y no sé porque lo acompañan plegarias.
    Cuando miro al suelo, puedo ver un sendero con un pastizal verde oscuro pero no entiendo como mis tobillos están enterrados en la tierra cada vez que camino. Es raro que no me cueste avanzar, esta se encuentra fundida como oro a la hora de abrir paso, cuando miro arriba solo veo niebla a poco centímetros de mi cabeza, no sé a donde voy a llegar, solo camino escuchando, pensando y recordando como es que lleguè aquí. Después de un tiempo desconocido la niebla se fue y logro visar un inmenso océano arriba mío, pero con agua roja y naranja. Peces desnutridos con formas nunca antes vistas, la música suave comienza a violentarse y en el sendero me hundo sin sentir dolor. Lo último que escucho es un grito y un llanto que atraviesan mis oídos la única sensación en años de escalofríos y temor.



Autor: Brian Folonier
Editor: Federico Vanegas

No hay comentarios:

Publicar un comentario