Recuerdo mis últimas vacaciones como si fueran las primeras.
Duraron solamente dos semanas. Me fui al partido de la costa la 1° quincena de Febrero.
Muy temprano partimos para allá, con mi mamá, su hermana y sus dos hijos. Yo estaba equipada como si me quedaría a vivir.
Salimos de mi casa en auto hasta Retiro, donde tomamos el micro. Mi ropa era abundante y las tonterías mucho mas. No fue un día de altas temperaturas, no superaban los 15°.
Cuando llegamos nos enteramos que el tiempo estaba recomponiéndose de unos días horribles.
Estuvimos en nuestro departamento alrededor de las 8 de la noche, mucho no podíamos hacer, solo acomodar las cosas (tarea que realizaron los mayores), mientras que mis primos y yo queríamos recorrer el lugar para ver si había varias diferencias a comparación del año anterior.
Luego de cenar en casa, nos recostamos para levantarnos con todas las pilas.
A eso de las 12 del mediodía nos despertó mi mamá con la comida, mucha atención no le prestamos y nos fuimos a la playa. Todos los días que siguieron fueron iguales hasta las 7 de la tarde, cuando volvíamos, veíamos que se podía hacer.
Íbamos al centro que estaba a pocas cuadras (la calle 2 pasaba a ser peatonal desde las 20 hs hasta las 2 de la madrugada).
Recorríamos todos los negocios, donde comprábamos por ejemplo, alfajores regionales para traer de regalo. También visitábamos los juegos y todos los shows que había en la calle.
Una de las noches fuimos al cine, no recuerdo la película vista por lo aburrida que era.
Hay bares y boliches, a los cuales no me dejaron ir por ser menor de edad.
Visitamos la Carabela Santa María, ubicada en Avenida Costanera entre la calle 39 y 40. La segunda replica en exactitud que existe en el mundo de la Santa María que usó Cristóbal Colón. Puede ser visitada, no solo por su valor histórico, sino también por las importantes muestras de arte y eventos culturales que allí se realizan. Al lado se encuentra el Paseo de los Artesanos.
También el partido cuenta con el Muelle de Pesca, ubicado en Avenida Costanera y calle 38, se pueden alquilar mediomundo y cañas para pescar, no llegamos a visitarlo.
La playa, lo mas hermoso para mi, es amplia y larga, se puede disfrutar en familia y nos da la posibilidad de practicar deportes náuticos y playeros, volley, fútbol, cuatriciclos, entre otros, no los desaprovechamos.
Después de la quincena volvimos muy cansados y bastante bronceados.
Autor: Sabrina Simón.
Editor: Lucia Lionti
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