miércoles, 1 de septiembre de 2010

Revolution

   Miércoles 24 de agosto en la clase de Producción y análisis de la Imagen:


   12.10: Entramos al aula de computación, donde trabajamos para el blog.

   Entre acomodos y otras cosas, perdimos unos minutos.

   12.20: Estallan los problemas. Las benditas computadoras y su funcionamiento “de mierda” (algunas), los dos pen-drive para todo el curso, fueron algunos de los motivos que hicieron que la profesora se enoje bastante. Nunca la habíamos visto así, estaba enfurecida. Tengo que reconocer que en parte tenía razón y en otra no. Nosotros no éramos culpables de todo.
  
   12.27: Flor y yo nos dimos cuenta de que los archivos que estaban guardados en su pen-drive tenían una versión de Word más adelantada que la del colegio. Rápidamente intentamos abrirlo con otros programas, pero encontramos dificultades.

   12.32: A Flor se le ocurre la “brillante” idea de descargar el Word 2007 en una de las PC que tiene Internet. La descarga tarda varios minutos.

   12.57: Descubrimos que el programa que había bajado Florcita NO se ejecutaba. Recordando que los trabajos los habíamos pasado el día anterior en su casa; llamé a Daniela, la hermana de Flor, para que nos pasara los trabajos por mail.
  
   13.25: Miré el reloj y mientras esperaba ansiosa los e-mails, se me ocurrió hacer una crónica. Aparte si la profesora nos veía sin hacer nada, se iba a enojar aun más.

   13.34: La hermana de Flor nos mandó un mensaje, diciendo que MI archivo no estaba en la PC. La verdad ya no sabía que pensar.

   En esos momentos donde todo me estaba saliendo mal, sentía que mi trabajo había sido en vano. Me estaba desesperando y mis compañeros me estaban molestando demasiado.

   Lamentablemente no me contuve y tuve que gritar: Bruuuuuuuuno! y por suerte dejó de hacer los fastidiosos ruidos con la silla.

   13.47: Seguía escribiendo muy enojada por la situación que estaba atravesando. Por ese motivo decidí comprarme al otro día un pen-drive nuevo.

    Claro ¿Por qué otro no? Sí, me olvidé de contarles que soy una chica muy despistada. Pierdo y rompo sin querer todo. A veces mis amigas me dicen: “Hay Barbi no cuidas nada” y eso me pone muy mal. Pareciera que no valoro el esfuerzo que hacen mis padres para que no me falte nada.

   La verdad es que sí lo valoro; otro día continúo con este tema.

   13.51: ¡¡¡Se cortó la luz!!!! Confirmadísimo. Enloquecerían todos a la vez.

   13.53: Me pasaban por encima para irse, absolutamente desesperados.

   Decidí entonces, dar por terminada esta odisea, y mi relato también.

  

Escritor: Bárbara Bianchi.
Editor: Sabrina Simón.

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